Hereditary: ¿la obra maestra definitiva del cine de terror?

Cuando se piensa en la “obra maestra del cine de terror” la mayoría del público contestará que ese lugar le corresponde a El Exorcista, dirigida por William Friedkin y basada en la novela escrita por William Peter Blatty, sin embargo, hace unos años surgió una pieza que alcanzó la grandeza en términos de guion, actuación, fotografía, música, producción y dirección; nos estamos refiriendo a Hereditary, filme del 2018 dirigido por Ari Aster. En esta cinta, se nos narran las diversas desgracias a las que una familia se ve sometida después de la muerte de la madre de la protagonista. La obra nos va arrastrando en la novela familiar de tintes trágicos en la que nuestros personajes principales se van sumergiendo. Al igual que Babadook de Jennifer Kent y Maleficio de Kevin Ko, Hereditary nos envuelve en una atmósfera pesada en la que tenemos que lidiar con el duelo que se encuentran viviendo los protagonistas. El terror sobrenatural interseca con el drama, llevándonos, de principio a fin, a un ambiente opresivo y melancólico, aquel que cualquier persona que haya vivido la muerte de un ser querido ha experimentado, la cinta nos obliga a empatizar con todo el núcleo familiar, volviéndose una experiencia no sólo terrorífica, sino emocionalmente desbordante.

Desde su lanzamiento, Hereditary (conocida en América Latina como El legado del diablo), ha aparecido en las listas de “las mejores películas de terror de todos los tiempos”, muchas veces encabezándolas. Para los fanáticos del cine de terror se ha vuelto una pieza obligada en sus colecciones personales. No sabría yo decir si estamos ante la “obra maestra definitiva” del cine de terror, pero indudablemente, es una cinta que ha rejuvenecido al género, y que muestra que más allá de los lugares comunes y las piezas de bajísima calidad con las que se inundan los cines año tras año, todavía es posible hacer un cine de terror de altísimos vuelos. Oscilando entre el terror psicológico, algo de gore y lo sobrenatural, Hereditary nos obsequia uno de los mejores “giros de tuerca” que se han escrito en los últimos lustros, por lo que, como mencionamos, su guion puede satisfacer el paladar del más exigente de los cinéfilos.

No podemos dejar de mencionar la actuación de Toni Collete como una de las más extraordinarias de todo el presente siglo, demostrando un rango actoral de élite que no se reduce sólo al nicho del cine de terror; perderse la actuación de Toni Collete en este filme es perderse una de las mejores actuaciones del siglo XXI hasta hoy en día. Hereditary, por lo tanto, es una de esos filmes que, te guste o no te guste el cine de terror, hay que darse la oportunidad de ver.

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5 películas incomprensibles que debes ver

Como buen amante del cine que me considero ser, me he topado más de una vez con ciertas películas que resultaron ser un bocado un poquito más difícil de digerir que otros, y sé que, para ti que eres amante del denominado “séptimo arte” también te pasó alguna vez. Por eso, hoy te quiero compartir…

Le regalé unos libros

Me quedaba poco dinero en mis bolsillos, y con lo poco que tenía, decidí regalarle unos libros. Al entregárselos, me sonrío a medias con una mueca fría e hipócrita. Un año después volví a su departamento, y pude ver, en un rincón empolvado, los libros que le regalé todavía sin abrir, y ahí fue cuando supe la verdad: siempre le importé una mierda.  

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9 Discos de Punk en Español que Debes Escuchar

El punk ha sido uno de mis géneros musicales favoritos de toda la vida. Comencé escuchando a The Ramones y a los Sex Pistols cuando tenía catorce años, y desde entonces mi repertorio ha aumentado, desde bandas consagradas y mundialmente conocidas como The Misfits, Dead Kennedys o Bad Religion, hasta proyectos más underground e independientes…

Conociendo a Javier Corcobado

En la licenciatura en Filosofía, uno de los mejores amigos que tuve fue Rodolfo. Él era un gran fanático de un cantautor y escritor español llamado Javier Corcobado; alguna vez en mi adolescencia había escuchado ese nombre, pero nada más allá de eso. Fue Rodolfo quien me introdujo a la enigmática música de este nuevo…

The inside room: un disco que te rompe el alma

Era diciembre del año 2011, y buscando recomendaciones discográficas en la red, llegó a mis manos The inside room de la banda 40 Watt Sun, y desde la primera vez que lo escuché, se clavó profundo en mi alma. La banda británica, perteneciente al subgénero del Doom Metal, había lanzado ese mismo año una pieza musical de altos vuelos. La temática principal del disco es la melancolía y la depresión, y es que, desde el nombre de la agrupación, podemos imaginarnos la tónica de su música: letras que hablan sobre la desesperanza, la soledad y el desamparo existencial. Haciendo referencia a la figura del “sol negro”, símbolo referente a los estados anímicos depresivos en el ser humano – tal y como lo maneja, magistralmente, Julia Kristeva en el libro que lleva ese título – el nombre de la banda nos sumerge en dichos estados psicológicos. Con ritmos lentos y pesados, The inside room no es un disco para cualquiera; la densidad de esta obra musical, con sus ambientes desgarradores y opresivos, ahogan a cualquiera que se atreve a acercársele.

El tema principal del disco es la introspección (de ahí el nombre que lleva) en la que viajamos a los espacios más oscuros y recónditos del alma humana. Para mí, ese disco me acompañó en todas aquellas tardes invernales en las que el sol se convierte en esa luz disminuida, siempre atravesada por el frío y por una noche que parece prolongarse más allá de lo habitual, aquellos días de invierno en los que la luz solar nos aparece más como una bombilla eléctrica a punto de desvanecerse.

Por esa época, tuve la oportunidad de visitar a mi hermano, quien se encontraba estudiando en la universidad de Lille, en el norte de Francia, y sin saberlo, el soundtrack perfecto para esos días en el continente europeo fue The inside room. Pasé varias semanas en ese ambiente sombrío y oscuro, con temperaturas debajo de los cero grados celsius, donde el sol es sólo un lejano recuerdo, y en el que viví en una continua oscuridad por varios días. Los paisajes de Brujas, Bruselas y Lovaina estuvieron marcados por el frío y por ese cielo en el que el viejo Dominus se esfuerza por sobrevivir.

Con apenas 5 canciones, este disco de 40 Watt Sun toma su lugar en mi discografía personal como una auténtica obra de arte.

Hoy, nos encontramos en la antesala de esos paisaje otoñales e invernales donde el sol se asemeja a esa bombilla a punto de apagarse que hemos mencionado, y, en consecuencia, creí que sería una buena oportunidad para hablarles de este disco. Si lo suyo es la música depresiva y melancólica, este es un disco que no pueden dejar de escuchar.

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Crecimos viendo esto: Invasor Zim

“Una obra de arte de la animación que llegó en un mal momento a un mal lugar”, así describiría yo a Invasor Zim, serie creada por el controversial animador de cómics norteamericano Jhonen Vasquez que narraba las desventuras de un alienígena llamado Zim, cuyo objetivo era conquistar el planeta Tierra, pero quien era lo suficientemente…

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Dejen les cuento algo: los hombres cuando nos reunimos a beber hablamos de nuestros sentimientos, nos consolamos entre nosotros cuando las cosas se ven difíciles de sortear (lo que es casi siempre), lloramos y nos ofrecemos mutuamente el hombro para continuar llorando, escuchamos las penurias de los otros mientras las cajetillas de cigarro y las…

Tributo a Charlie Monttana: 20 rolas que tienes que escuchar

“El verdadero novio de México”, “El divo de Neza”, estos son sólo algunos de los motes con los que se le conocía al gran Charlie Monttana, un representante imprescindible de la historia del rock en México. Para mí, personalmente, se trata del exponente más grande del rock en nuestro país, no sólo por su larga trayectoria que comenzó con el grupo Vago en 1983 y posteriormente Mara, también porque Charlie Monttana representa la esencia de lo que el rock debe ser: una música rebelde, descafeinada, guarra, agresiva, contestaria y lo más importante, de la banda para la banda. Su influencia es innegable, y a pesar de que para muchos recatados sus líricas y su estilo resultan desdeñables, el gran Monttana, justo por eso, nos dejó toda una obra discográfica con una impronta indeleble y sui generis. Su música, que va desde el blues más sencillo, hasta piezas con instrumentación orquestal, se convirtió en un cúmulo de himnos para las pedas y en un retrato de todas aquellas historias de la ciudad. En la universidad, siempre le decía a mi compa Emilio, que “la vida es una canción de Charlie Monttana”.

El 28 de mayo del 2020, Charlie Monttana abandonaba este plano de la existencia, dejándonos un enorme repertorio musical, y ya era hora de que aquí, su humilde narrador, diera una lista de 20 canciones que sí, o sí, tienes que escuchar. Sin duda alguna faltarán muchísimas canciones en esta lista, por lo que intenté poner sólo mis favoritas.

1.- Es que te amo: hay canciones de amor que prometen el cielo y las estrellas, melodías rebuscadas que a veces rayan en lo cursi, pero muchos sabemos que el amor tiene que ver con los pequeños detalles, con lo cotidiano, esas acciones en las que, en el día a día, uno demuestra el cariño y la devoción al ser amado, y de eso habla esta canción. Comenzando con “tú no sabes lo que yo daría porque tus chanclas estuvieran siempre abajo de mi cama, y que tu cepillo dental y el mío vivieran juntos en un vaso vacío, en un rincón del lavabo”. Es que te amo continúa con las promesas de un joven enamorado a su pretendiente, insistiendo en que “iría contigo al tianguis, te lo juro, y aunque pesen mucho yo te prometo cargar las pinches bolsas del mandado”. Todos nos podemos identificar con aquella frase del coro que dice “te necesito como a un 10 en mi examen de matemáticas”; si eso no es amor, entonces yo ya no entiendo nada.

2.- Ojalá fuera un cuento: “nuestro amor era muy corto para ser un cuento, tampoco una novela, era horrible el final”; así comienza esta canción perteneciente al enorme Hotel Barcelona, y en ella se nos relata esa historia en la que todos (confirmen) hemos estado, esa relación de noviazgo que termina por ser, para decirlo, en una palabra, un completo “desmadre”: “tantas pinches mentiras que tus jefes no se tragan y me alegan que yo tengo la culpa”. Chale, chale y recontra-chale…

3.- Mi terrible soledad: les mentiría si les diera una frase aproximada de la cantidad de pedas en las que se cantó esta rolita a todo pulmón, ya sea porque yo era quien experimentaba mal de amores, o porque algún compa de la banda era quien sufría, como fuese, esta canción es un himno para los adoloridos, y que encuentra su clímax en ese “ay, ay, ay, ay amor” que hallamos en el estribillo. Uf, que sed tan horrible nada más de acordarse. Cantinero, deje la botella…

4.- Pinche vatito: un himno con toda la violencia que una canción de Heavy Metal requiere. En palabras de mi compa Nacho, Pinche vatito rompe con los límites de la chingonez. Una denuncia contra todos aquellos “rockeros” que en el fondo no son más que unos mamarrachos, y que por vestirse de cierta manera y escuchar a Mötley Crüe se sienten la última chela del estadio. Una voz aguardientosa que denuncia el malinchismo, y que le grita en su cara a todos esos pinches vatitos que” se están meando fuera de la bacinica”.

5.- Todas estas lágrimas: el Charlie también tenía su corazoncito, y es que, fuera de cualquier cotorreo, sus líricas alcanzan altos vuelos en ciertas composiciones. Todas estas lágrimas es de esas canciones que se escuchan con la playera que esa persona dejó en nuestra casa, y que, sin saberlo, ya nunca regresaría por ella. La cantidad de veces que apagué las luces y lloré de a poquito con esta canción…y es que, “si el cielo se mide con nubes, mi corazón con lágrimas”. Cantinero, deje esa otra botella también, por favor…

6.- Sola: siguiendo con esas canciones que calan en lo más hondo, Sola nos relata la vida trágica de una chica que se la vive “en esa chelería del Chopo, empapada de cerveza, y con la lengua como de corbata”. Ay, mis valedores, cuántas veces no me puse a escuchar esta canción con una cuba bien cargada mientras suspiraba recordando a la ingrata que me había dicho “ya no te quiero”. Cabe mencionar, también, la instrumentación soberbia de esta rola, muestra innegable de la calidad artística del Charlie. 

7.- De que el amor apesta, apesta: composición de Charlie Monttana cuando aún pertenecía al legendario grupo Vago. De que el amor apesta, apesta es hoy por hoy, uno de los himnos de la banda por antonomasia. Y sí, todos fuimos ese morrillo que le gustaba pasarse de listo y que siempre decía que nunca se iba a enamorar, “pero llegó el día, llegó ese puto día, en que llegó la escuincla que nos desgració”, esa chavita guapa, de la que nos enamoramos como locos, y que, como a los 17, nos hizo creer en el amor; pero sí, nadie escarmienta en cabeza ajena como dicta la sabiduría popular y todos tuvimos que pasar ese trago amargo del desamor adolescente. Todo habitante de la capital que se haya subido al microbús, en algún momento tuvo que haber escuchado De que el amor apesta, apesta.

8.- No te mueras en mi casa: y recalcando el carácter cotidiano de las composiciones del maestro Monttana, No te mueras en mi casa es un testimonio de ello. Se trata de una canción en la que se nos narra la infausta travesía de una chica, la cual, después de una noche de tragos, llega tambaleándose a nuestra morada, pidiéndonos posada. La pregunta que se le lanza a la dama en cuestión es sustancial: ¿y tus putos amigos dónde están? Todo mientras intentamos que ella no desfallezca.  

9.- Blues para trabajar: “cinco de la mañana, despierto y tomo un café. Estoy crudo y desvelado hoy. Me duele la cabeza, no quiero ir a trabajar, quiero una cerveza y en Acapulco estar”. Como te imaginarás, estimado lector, esta es una canción que nos narra el día a día de la clase trabajadora, ese tedio aplastante que llega después de, todas las mañanas, tomar el metro y el microbús para llegar a nuestros lugares de trabajo y poder tener un salario que, la mayoría de las veces, terminamos por estirar para llegar a la siguiente quincena.

10.- Bájale de huevos: “la estupidez humana no pudo caer más bajo […] una cosa es lo bonito y otra la belleza”, esta es sólo una de las muchas sentencias filosóficas que hallamos en Bájale de huevos, composición que trata sobre todas aquellas personas que sienten que no se equivocan y que siempre tienen la razón, pero son esas mismas las que, precisamente, y debido a esa arrogancia, comprenden poco o nada de la vida. Finalmente, cuando por esa misma arrogancia nos enfrentan desde sus supuesta superioridad moral o intelectual, muchas veces, el último recurso que tenemos en nuestras manos es decirles “bájale de huevos”. Por cierto, esta es una de las canciones que más se disfruta cantar con toda la banda en la francachela.

11.- De tanto pensar en ti: melodía romántica, con unas percusiones y un saxofón que, fácilmente, podrían transportarnos a una habitación con luz tenue, cortinas moradas, una botella de vino rojo y velas, y la figura desnuda de esa persona especial a nuestro lado, rozando nuestra piel, mientras le decimos suavemente al oído “te amo”, para posteriormente escuchar esa respuesta que nos conmueve en todo nuestro ser, y que dice “yo también te amo”.

12.- Hotel: hay ocasiones en la vida en las que, un sucio cuarto de hotel, se convierte en el escenario idóneo para el amor. ¿Quién no recuerda una jornada completa en un hotel con esa persona especial? Tragos, cigarros, besos, películas y hacer el amor hasta perder la cuenta, un “hotel de romances y reventones, noches de amor, locura y rocanrol”. Nunca olvidaré ese cuarto 403, con toda tu ropa en el piso y tú bañada de sudor…

13.- Arre vaquera: si buscamos en el diccionario la definición de “guarro”, nos va a salir Arre vaquera de Charlie Monttana. Este rocanrolito con toques country nos pone a bailar de inmediato, mientras las letras nos llevan al momento de la “caricia”, de la “fechoría” entre dos enamorados que dan rienda suelta – nunca mejor dicho – a su pasión. En esta canción observamos la maestría con la que el buen Monttana hace uso de la metáfora; por sólo mencionar un ejemplo, en aquella sentencia que dice “dame un taquito, de tu canastita”.

14.- Entre la cruda: después de la fiesta, se debe pagar el precio por haber ingerido enormes cantidades de alcohol. Entre la cruda nos relata ese momento de arrepentimiento después de la jarra, un precio que muchos estamos dispuestos a pagar, porque como dice esta canción “no hay otra cosa que me ponga mejor, si no estoy cotorreando con la banda me aburro”.

15.- Empanízame la mojarra: un día, hace ya bastantes años, llegué a una fiesta y grité “¡pónganse Empanízame la mojarra!” a lo que los asistentes a la reunión soltaron una carcajada, ya que ninguno de ellos podía concebir que existiera una canción llamada de esa manera. Procedí a ponerla, y toda la banda comenzó a bailar. Así es, Empanízame la mojarra es una de esas canciones que, una vez que empieza a sonar, nadie puede resistirse a su encanto. Aquí encontramos el rocanrol en su estado más puro. Una composición de la que ni Mick Jagger o Keith Richards podrían prescindir en sus repertorios para la fiesta. 

16.- Me vuelves loco: y hablando de los amores de adolescencia, Me vuelves loco es un rocanrol rápido y agresivo, pero que nos recuerda esos primeros amores, donde cada pequeño detalle, desde el lápiz labial, hasta el olor a chicle motita, nos volvían locos. ¡Ay, mija! No volverás a encontrar a otro que te vea como yo, ese jovencito de 16 años, lo hacía.

17.- Confesiones en el baño: “hacíamos el amor con espuma en la tina del baño”, así, de lleno, comienza esta canción, y es que es una composición que nos habla del paso del tiempo, de cómo un amor puro e inocente se fue perdiendo poco a poco, hasta que esa persona se vuelve irreconocible. Los años pasan, y le perdemos la pista a esa persona con la que compartíamos nuestra vida, preguntándonos qué habrá sido de ella, dónde estará, con quién, hasta que un buen día la volvemos a ver y caemos en cuenta que esa mujer que amábamos ya no existe, y ahora sólo contemplamos una sombra: “te vi llorando en la parada del camión, platicando con un vagabundo, tomando Tonayan. Ya no eres la chica linda que yo acariciaba en la tina”.

18.- Corazones rotos: una de las piezas más conocidas del repertorio del Divo de Neza. Corazones rotos es un rocanrolito que, de nueva cuenta, nos habla del desamor, y nos da algunas recomendaciones de cómo lidiar con la experiencia de tener el corazón dolido “hay que aprender a olvidar en la cantina, con los cuates, en la tocada y con la almohada también”. Esta era una de esas canciones que cuando sonaba en vivo no había nadie que se quedara quieto, sea el Lunario de la Cuidad de México, o algún predio abandonado en Tláhuac, el Charlie convertía en una fiesta multitudinaria cualquier espacio.

19.- La rubia: si pensamos en la historia del Glam Rock en nuestro país, difícilmente nos vienen bandas a la mente, pero con esta canción, compuesta durante la época de Mara, nos sumergimos de lleno en la escena Glam del México de los 80’s – sólo hace falta escuchar esos sintetizadores acompañados de la guitarra eléctrica –. Canción que nos relata el encuentro fortuito entre su protagonista y una rubia, con la que, sin dudarlo, se acepta su invitación para ir y bailar con ella.

20.- Me gusta tu chava: de la misma época de Mara, Me gusta tu chava nos regresa a esa sencillez del rocanrol en su máxima expresión. Como lo indica el título, la canción va sobre una confesión desagradable, en la que se le dice a uno de nuestros amigos que, a pesar de que hicimos todo lo posible para evitarlo, nos hemos enamorado de su pareja. ¿Qué hacer ante tal dilema? Lo único que queda es ser honestos con él y ella, y lanzar una súplica que dice “dame tu corazón, un momento de ilusión, quiero estar esta noche contigo”.

La mención honorífica va para, como se imaginaron, las rolas más célebres de Charlie, el Vaquero rocanrolero y Tu mamá no me quiere.

Podría seguir y seguir con la lista, pero es momento de terminar esta entrada con todas estas recomendaciones. Para mí, la música de Charlie Monttana es bien importante, ya que, como dije más arriba, para mí significa mi licenciatura en Filosofía, en Historia, amigos, parejas, encuentros y desencuentros, y muchas cosas más. Que sirva esta entrada como un tributo de mi parte al buen Charlie Monttana. Un abrazo hasta el cielo, Charlie.

Carlos César Sánchez Hernández (Charlie Monttana): 1961 – 2020

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Le regalé unos libros

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Una cerveza y un mezcal

Llegué a la misma cantina de siempre y pedí la promoción usual: una cerveza y un mezcal.

Mientras esperaba, un joven mesero no dejaba de verme, como si estuviera intentando encontrar algo en mi persona. Yo, con los ojos clavados en mi sucia mesa continúe esperando. De pronto, llegó el mesero de mirada intrigante y me extendió mi pedido. Al dármelo, me observó de nueva cuenta, y mientras ponía mis bebidas a mi servicio, me sonrió de manera peculiar y preguntó: “usted siempre ha venido por acá, ¿verdad? ¿No era usted quien solía estar con una muchacha muy guapa, joven, muy muy bonita? Sí es usted, ¿verdad?”

Y así, sin saberlo, ese impertinente mozo abrió una profunda herida que, según yo, había cerrado hace mucho tiempo.

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El mejor disco de toda la historia: Bat Out Of Hell

Verano del 2005: mi hermano y yo estábamos de vacaciones y en uno de esos días de descanso veíamos VH1; como parte de la programación, salió una película biográfica sobre el que se aseguraba, era uno de los artistas de rock más grandes de todos los tiempos: Meat Loaf. Nos quedamos viendo todo el documental porque nos impactó, no sólo la música de ese regordete y carismático cantante, sino también toda su complicada historia: desde el abuso físico y emocional que sufrió por parte de su padre, hasta lo difícil que fue hacerse camino en la escena del rock debido a su sobrepeso. A continuación, comenzó un documental sobre la grabación del disco que ocasionó la escritura de esta entrada: Bat Out Of Hell, álbum en el que se mezclaron la genialidad de Jim Steinman (autor de algunas de las baladas más conocidas de la historia del rock, entre ellas Total Eclipse Of The Heart de Bonnie Tyler) y la poderosísima voz de Michael Lee Aday, mejor conocido como Meat Loaf, lo que se convertiría en lo que su humilde narrador ha llamado “el mejor disco de rock de toda la historia”.

Ya casi a finales de ese verano, mi hermano cumplía años el 2 de agosto, por lo que fui al Mix-Up (quizá muchos de ustedes ni siquiera sepan de qué les hablo) y compré el Bat Out Of Hell. Recuerdo habérselo entregado, y sin pensarlo, corrimos a la grabadora que estaba en un mueble al lado de la cama, y pusimos el recién comprado CD. A partir de ahí, no dejamos de escucharlo varias veces al día, impresionados por la calidad de la producción, la incomparable voz de Meat Loaf, las letras de Jim Steinman que caían ya en lo poético y en general, por todo el concepto del disco.

¿Cómo definir el Bat Out Of Hell? Es algo así como un Rock Ópera, que mezcla algo de balada muy al estilo de los 70’s, con algo de Glam Rock y Rock Clásico; no sé, el Bat Out Of Hell – cuyo título es una referencia a una comedia de Aristófanes – es una de esas obras inclasificables que sólo se pueden entender cuando se escuchan. Producido por Todd Rundgren y con la influencia musical de Richard Wagner, Bat Out Of Hell es, hoy por hoy, uno de los discos más vendidos de toda la historia del rock y uno de los más aclamados por el público y la crítica.

Desde la primera hasta la última canción, Bat Out Of Hell es una obra imprescindible para la discoteca de cualquier rockero o melómano. La canción que nos introduce a este infierno de pianos, tambores y guitarras, es una rapsodia de casi diez minutos que, desde sus primeras notas de piano y esa guitarra distorsionada que imita el sonido de una motocicleta proveniente de los círculos más profundos del infierno, nos da la bienvenida al festín sonoro que nos espera. You Took The Words Right Out Of My Mouth nos deja ver la afición de Steinman a los musicales, así como la formación actoral que Meat Loaf poseía, ya que, desde ese diálogo con el que comienza la melodía, nos introducimos en una historia de amor que tiene como telón de fondo una noche de verano. Seguimos con Heaven Can Wait, una balada conmovedora que nos lleva de la mano de la voz de Meat Loaf y el piano de Steinman. Continuamos con la divertida y alocada All Revved Up With No Place to Go, que nos mueve al ritmo de los saxofones que la acompañan. Después llegaremos a la canción que catapultó a esta obra maestra al conocimiento y adoración de las masas: Two Out Of Three Ain’t Bad, poderosísima balada en la que presenciamos el último diálogo de una pareja en plena ruptura: llena de emoción, llena de metáforas e imágenes dolorosas y conmovedoras, Two Out Of Three Aint’ Bad es, en mi humilde opinión, la mejor balada de rock que se ha escrito jamás. Paradise By The Dashboard Light es un ejemplo de cómo se debe escribir una obra maestra, no sólo en términos musicales y líricos, sino también conceptuales, ya que se trata de otra rapsodia en la que, acompañado de Ellen Foley (novia, en ese entonces, de Mick Jones, fundador de The Clash), se narra la noche en que dos adolescentes se preparan para perder su virginidad, y en la que tiene lugar un doble sentido en el que se combinan los torpes movimientos del puberto en cuestión y su enamorada y la narración de un juego de beisbol en la radio, todo para terminar con la forma en que ambos, ya en su vida adulta, recuerdan esa noche, diciendo uno de ellos: “juré que te amaría hasta el final de los tiempos, y como yo nunca he roto una promesa, ahora rezo por el fin de los tiempos, para terminar mi tiempo contigo”; si eso no es escribir, entonces no tengo idea de qué lo sea. El disco termina con For Crying Out Loud, y ya para este momento de la presente entrada no tengo más que añadir para compartirles lo que pienso de esta obra maestra de la historia del rock and roll.

Y así, podría dedicarle una entrada completa a cada una de las canciones que conforman el disco. Más adelante, mi hermano y yo seguimos escuchando a Meat Loaf, tanto en las subsecuentes entregas del Bat Out Of Hell, como en otras piezas grabadas por Meat Loaf sin Jim Steinman, y finalmente, lo pudimos ver en concierto el 24 de junio del 2012. No puedo dejar de mencionar en esta entrada las participaciones cinematográficas de Meat Loaf en la película de Tenacious D The Pick Of Destiny junto a Ronnie James Dio, Jack Black y Kyle Gass, o su participación como Eddie en The Rocky Horror Picture Show junto a Tim Curry y Susan Sarandon.

En el momento en que escribo estas letras, ya no se encuentran en este mundo ni Jim Steinman, ni Meat Loaf, ni mi hermano, pero hace ya mucho que aprendí a honrar a mis muertos, por eso es que cada 2 de agosto me siento y escucho completo el Bat Out Of Hell, como si estuviera con mi amado hermano, recordando la infinidad de veces que nos acabamos una botella entera de Capitán Morgan mientras escuchábamos al álbum entero emocionándonos con cada acorde, como si se tratara de la primera vez que lo poníamos. Por eso es que, para mí, Bat Out Of Hell es el mejor disco de la historia, no sólo por la calidad intrínseca al álbum en todos los aspectos, sino también porque era nuestro disco favorito, y gracias a él, puedo estar con mi hermano las veces que quiera con sólo ponerle “play” a esta maravilla de composición musical. El disco sólo tiene un problema, decíamos mi hermano y yo: “se acaba”, y por eso, una vez que sonaban los últimos sonidos del Bat Out Of Hell, lo volvíamos a poner.

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Te imaginé…

Imaginé que, en una tarde de verano, mientras veía la televisión y fumaba un cigarro, alguien tocaba a mi puerta, mientras oía la lluvia caer.   Imaginé cómo se formaba un rostro de incertidumbre y angustia en mi ser, e imaginé levantarme con zozobra y caminar para abrir. Imaginé ver tu rostro del otro lado…

Me amarás…

Me amarás… Me amarás desde siempre y para siempre, desde la noche en que nuestros labios se juntaron en un beso que sabía a clandestinidad. Me amarás con cada mensaje y con cada fotografía, con cada sonrisa y con cada lágrima extraviada en lo fugaz. Me amarás en ese motel de mala muerte, en el…

Te imaginé…

Imaginé que, en una tarde de verano, mientras veía la televisión y fumaba un cigarro, alguien tocaba a mi puerta, mientras oía la lluvia caer.  

Imaginé cómo se formaba un rostro de incertidumbre y angustia en mi ser, e imaginé levantarme con zozobra y caminar para abrir.

Imaginé ver tu rostro del otro lado del corredor, dibujándome esa sonrisa juvenil que significó todo para mí.

Imaginé que, en tu mano izquierda, cargabas una maleta llena con tus cosas, llena de ropas y cremas. Imaginé que los dos sabíamos, sin palabras, lo que estaba por acontecer.

Imaginé que entrabas, me besabas, y volvía a escuchar mi nombre atravesado por tu ser.

Imaginé que esa noche te pondrías tu pijama, la misma estrellada de siempre; imaginé nuestras manos en concierto, quitándola, para observar toda tu piel. Imaginé tu calor, y nuestros cuerpos desnudos amándose violentamente.

Imaginé estar fundidos en un abrazo, mientras nuestros sudores nos empapaban mutuamente.

Imaginé besarte y verte dormir, contemplarte, mientras la madrugada no dejaba de correr.

Sí, sólo te imaginé.  

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The Midnight Gospel: una cura contra el dolor

Han pasado ya algunos años desde que, por motivos de la expansión del COVID-19 a nivel mundial y de forma acelerada, tuvimos que resguardarnos en nuestros hogares. Fue en ese entonces, y debido a dicha situación, que muchos de nosotros encontramos una buena manera de pasar el tiempo descubriendo series y películas en diversos medios…

Me amarás…

Me amarás…

Me amarás desde siempre y para siempre, desde la noche en que nuestros labios se juntaron en un beso que sabía a clandestinidad.

Me amarás con cada mensaje y con cada fotografía, con cada sonrisa y con cada lágrima extraviada en lo fugaz.

Me amarás en ese motel de mala muerte, en el que mientras dos perros callejeros no dejaban de ladrar, te atreviste a decir, por primera vez, “te amo”, mientras tus ojos se sonrojaban y comenzaste a sollozar.

Me amarás bailando con los hijos que imploraron existir, y leyendo las páginas de un libro que nunca se escribió.

Me amarás con cada célula de tu nívea humanidad, y con cada promesa de amor eterno que nos juraste frente a la luna.

Y me odiarás…

Me odiarás negando mi existencia, negando cada cigarrillo, cada canción y cada cerveza.

Me odiarás aniquilando todo vestigio de la vida que construimos y que no volverá.

Me odiarás fustigándome con tu silencio e indiferencia, con esa tan tuya terrible frialdad.

Me odiarás regalándole tus sonrisas y coqueteo al primer hijo de puta que se cruzó en tu andar.

Sí, me amarás y me odiarás.

Me amarás y me odiarás.

Me odiarás.

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The Midnight Gospel: una cura contra el dolor

Han pasado ya algunos años desde que, por motivos de la expansión del COVID-19 a nivel mundial y de forma acelerada, tuvimos que resguardarnos en nuestros hogares. Fue en ese entonces, y debido a dicha situación, que muchos de nosotros encontramos una buena manera de pasar el tiempo descubriendo series y películas en diversos medios digitales. Quizá, para mí, el descubrimiento más importante fue The Midnight Gospel, animación creada para Netflix por Pendleton Ward (creador de Hora de Aventura) y Duncan Trussell. The Midnifht Gospel es el resultado de haber combinado los podcast creados y dirigidos por Trussell y la animación llevada a cabo por Ward; el resultado es una serie de capítulos que echan mano de una imaginación alocada, desenfrenada y psicodélica, y las conversaciones profundas y reflexivas del podcast de Trussell. Dicho sea de paso, cada episodio cuenta con la participación de invitados expertos en la materia en torno a la cual giran las conversaciones. Nombres como el de Drew Pinsky, médico especializado en el tratamiento de las adicciones, o la escritora norteamericana Anne Lamott, forman parte de los episodios, tanto del podcast en la “vida real” como en la serie animada.  

A lo largo de la serie nos sumergimos en el universo del alter-ego de Trussell llamado Clancy, quien, al igual que Duncan, tiene un “spacecast”. A lo largo de los ocho episodios que conforman la primera – y hasta el momento, la única temporada – nos veremos involucrados junto con Clancy en conversaciones que hablarán de temas políticos, sociales y religiosos.

Para mí, The Midnight Gospel fue una serie que me ayudó a trabajar varios procesos en ese momento de la vida, ya que, en su mayoría, los invitados nos hablarán de temas como el duelo, la muerte, la libertad, la iluminación y el dolor. Esta serie me hizo recapacitar sobre un montón de temas, así como explorar otros tantos, y, más allá de lo teórico, encontré consuelo y reflexión. A través de las enseñanzas del budismo, el cristianismo y la cábala judía, The Midnight Gospel nos ofrece un recorrido para repensar nuestro lugar en el mundo y la relación con nuestros semejantes, todo para llegar al último capítulo, en el cual participó la madre del propio Trussell y que resulta ser una experiencia desgarradora.

En esos momentos de encierro e incertidumbre, esta fue, para su humilde narrador, una fuente de esperanza frente a la desesperación.

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Metalocalypse: una serie BRUTAL

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A Serbian Film: la película más pinche fuerte que he visto (hasta ahora)

A lo largo de los años en los que me he considerado “cinéfilo” (empecé a ver películas sin para a los quince años) he visto varios filmes que se han considerado, tanto por la crítica como por la audiencia, como algunos de los más extremos y violentos: Irreversible de Gaspar Noé; Martyrs de Pascal Laugier; Holocausto Canibal de Ruggero Deodato; Hostal I y II de Eli Roth y Atroz de Lex Ortega, entre muchas otras. No es que sea un fan particular del gore, y sí, ya sé que de inmediato van a salir los que leyendo esta lista pensarán: “ay, yo he visto películas más fuertes” o “esas películas son muy comerciales” y otros comentarios sobre esa línea; lo que pasa es que yo nunca dije que fuera un experto en el subgénero del gore o del denominado cine extremo, lo único que estoy diciendo es que me gusta mucho el cine, y que después de tantos años viendo películas me he encontrado con algunas que han pasado a ser catalogadas como “extremas” por x o y razón. Tampoco soy alguien que se dedique a reseñar y recomendar la inmensa cantidad de filmes incluidos en estos géneros y subgéneros, para eso les recomiendo el canal de YouTube, RottenMind, del cual yo mismo soy un visitante periódico.

Aclarado lo anterior, y cubriéndome las espaldas de todos los esnobs que puedan llegar a leer esto, hace unos días me animé, después de muchísimos años de dudas, a ver A Serbian Film, una cinta que inunda todos los videos de YouTube que tienen por objetivo enlistar las cintas mas perturbadoras y siniestras de la historia del cine. Había leído ya varias reseñas y sabía más o menos de qué iba la cinta, y justo por eso es que había evitado buscarla, para no darme un festín nauseabundo de escenas que se quedan grabadas en tu cabeza para siempre; pero esa noche, recuerdo haberme encontrado particularmente triste, y si algo me ayuda a poder pasar esos momentos de angustia y desolación, es una buena película de terror (puede ser nueva, o puede ser poner por vigesimotercera vez El bebé de Rosemary de Roman Polanski). Pues decidí, finalmente, visualizar la cinta dirigida por Srđan Spasojević rodada en el año 2010.

A Serbian Film nos habla sobre Milos, catalogado como “uno de los mejores actores porno de toda la historia”, quien ha dejado atrás a la turbulenta industria del cine para adultos, ya que intenta enforcarse en su recién obtenido papel como padre de un niño. Sin embargo, la economía familiar no va nada bien, y Milos comienza a cuestionarse si no sería lo mejor volver al mundo de la pornografía. Por esos días, un misterioso productor le ofrece a Milos un papel en lo que él sostiene que será “la mejor cinta pornográfica de la historia”, una “verdadera obra de arte”; la suma de dinero que le ofrece a Milos por su participación es exorbitante, al punto en que la propia esposa de nuestro protagonista lo insta a aceptarla, sabiendo que esa cantidad de dinero les solucionaría la vida por completo, sin embargo, existe una condición: Milos no será informado de absolutamente ningún detalle sobre la cinta a filmar, ni el argumento, ni el inicio del rodaje, ni nada. Después de pensarlo mucho, Milos acepta el papel, sin saber que se estaba metiendo en la experiencia más aterradora y peligrosa de toda su existencia.

A Serbian Film es una de esas películas que deseas pausar, pero que no puedes hacerlo. Las actuaciones, el guion, la fotografía, el argumento, todos los elementos que una buena cinta debe tener aparecen aquí y pueden ser disfrutados, claro, con la condición de tener el estómago suficiente para poder observar los actos más ruines y miserables de los que el ser humano es capaz. La película ha sido prohibida y censurada en todo el mundo, desde su lanzamiento hasta la fecha, pero a la vez, no ha dejado de obtener premios, desde su proyección en el prestigioso Festival de Cannes hasta el Festival de Cine de Montreal donde se galardonó como “mejor película”.

Sinceramente, disfruté la cinta a nivel cinematográfico, pero supongo que es una de esas películas que se ven una vez en la vida y nunca jamás se regresa a ella, y, por supuesto, no es una película que le recomendaría ver a nadie, empezando contigo, querido lector (¿o no?)

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