Smiling Friends: Innovación y humor negro en la animación

Los que siguen a su querido servidor desde hace tiempo, sabrán que soy un gran fanático de las series animadas y, de vez en cuando, llega una tan innovadora como irreverente e inteligente. Ese es el caso de Smiling Friends. Transmitida por primera vez en el año 2022 a través de Adult Swim, Smiling Friends nos narra las aventuras de una compañía que lleva ese nombre, la cual se dedica a prestar sus servicios a todo aquel que quiera sonreír. Desde el primer capítulo uno queda sorprendido por la narración, el estilo de animación, el humor manejado y la trama. En la primera de sus aventuras, seguimos a Pim y a Charlie, nuestros personajes principales, quienes reciben un llamado para animar a Desmond, quien ha estado muy deprimido y no quiere salir de su cuarto. Al llegar a casa de éste, su mamá acompaña a nuestros queridos protagonistas a su cuarto, sólo para descubrir que Desmond es un adulto a quien lo ha dejado sus hijos, quien se ha quedado sin trabajo y que amenaza con suicidarse en ese mismo momento. La tónica de la serie ha quedado al descubierto: un humor completamente negro, oscuro, sombrío, pero que no deja de arrancar carcajadas a cada momento. Pim intenta animar a Desmond durante todo un día llevándolo a un parque de diversiones e invitándolo a una nada agradable cena familiar, sólo para que al final sea Pim el que quedé absolutamente destrozado por un discurso de su cliente quien, al más puro estilo de Camus, le demuestra que la vida no tiene ningún sentido. En efecto, es comedia…

Los estilos de animación son otra cosa que no deja de sorprender, combinando stop motion, animación por computadora, rotoscopia y live action. Smiling Friends es todo un banquete audiovisual. Sé que no me equivoco cuando digo que no ha habido serie de animación tan innovadora en los últimos diez años. Smiling Friends vino a destronar, definitivamente, a otras series que hasta el momento habían sido el referente de la animación para adultos (lo siento mucho, Rick and Morty).

El humor negro y la sorprendente animación se combinan con un guion inteligente: capítulos en los que un valiente héroe resulta ser el verdadero villano de la historia, o ese otro en que todo el episodio transcurre en un aeropuerto de Brasil y que consiste en una serie de sucesivos diálogos triviales, pasando por aquel en el que Charlie viaja al infierno; de verdad que sólo de recordarlos comienzo a reírme.

Smiling Friends combina una comedia por momentos bastante absurda con una sátira política aguda e inteligente que nos habla de los turbulentos tiempos que corren, al punto en que la serie ya forma parte de la cultura pop y digital de nuestra era. A la fecha en la que escribo la presente entrada, la serie ya ha estrenado su tercera temporada. Esta semana vi los dos primeros episodios y, como siempre, mis expectativas fueron superadas. Y bueno, en vez de continuar escribiendo sobre esta maravilla de animación lo único que puedo decir es que corran a verla si es que no lo han hecho.

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Como buen amante del cine que me considero ser, me he topado más de una vez con ciertas películas que resultaron ser un bocado un poquito más difícil de digerir que otros, y sé que, para ti que eres amante del denominado “séptimo arte” también te pasó alguna vez. Por eso, hoy te quiero compartir…

Crecimos viendo esto: Invasor Zim

“Una obra de arte de la animación que llegó en un mal momento a un mal lugar”, así describiría yo a Invasor Zim, serie creada por el controversial animador de cómics norteamericano Jhonen Vasquez que narraba las desventuras de un alienígena llamado Zim, cuyo objetivo era conquistar el planeta Tierra, pero quien era lo suficientemente torpe como para no darse cuenta que se trataba de una falsa misión que le fue encargada sólo para deshacerse de él en su hogar natal. Con esta premisa, inicia una de las series que marcaron mi forma de ver la comedia y la animación. Invasor Zim, que comenzó a transmitirse por allá del año del 2001 en Nickelodeon, es una mezcla esquizofrénica de irreverencia, humor negro, escatología, ciencia ficción e incluso algo de gore y terror, todo ello acompañado de un estilo visual único e inconfundible. Cualquiera que escuchara estas palabras sobre una serie pensaría que estaba dirigida a un público adulto, y justo por ahí es por donde comenzó el problema con Invasor Zim. Se cuenta que, desde las proyecciones iniciales del capítulo titulado “La cosecha siniestra”, varios niños comenzaron a llorar y le pidieron a sus padres que detuvieran la proyección de prueba; esto último es entendible cuando uno mismo ve el episodio, el cual narra la forma en que Zim, en su esfuerzo por pasar inadvertido como un extraterrestre, roba órganos humanos a los niños de la escuela en la que se hace pasar por otro estudiante más, terminando por convertirse en una masa amorfa llena de estómagos y vísceras que le salen por la boca. Esa era la tónica general de la serie.

Para los que ya éramos un poco más grandes por ese entonces, Invasor Zim fue toda una revelación; mucho antes de Rick and Morty, Hora de Aventura o Smiling Friends, Invasor Zim se atrevió a mostrar cómo, desde la animación más descabellada e irreverente se podía ofrecer una ambientación oscura y aterradora que mostrara los aspectos más desagradables, asquerosos y obscenos de la raza humana con un toque incomparable de comedia.

La razón por la que Zim es un ser indeseable en su propio planeta, el Irken, gobernado por “los más altos”, es haber hecho fracasar la misión “Ruina inevitable”, por lo que le engañan haciéndole creer que se le ha asignado una de las misiones más importantes, pero, como hemos dicho, es sólo un pretexto para no volver a tener que lidiar con él. Le otorgan un asistente robot defectuoso llamado G.I.R (quien es, por mucho, la pieza principal para el humor del programa) y se le dan unas coordenadas al azar esperando que Zim se pierda en la inmensidad del universo, pero, sorprendentemente, sí existe un planeta en ese punto: el nuestro.

En un mundo de seres estética, moral e intelectualmente repugnantes y abominables – que es tal y como la serie muestra a los seres humanos – el único que se da cuenta que Zim es un extraterrestre es el excéntrico Dib, un niño de doce años quien, al ser tomado como un loco por todo su entorno, incluyendo a su padre el célebre Profesor Membrana y su aterradora hermana Gaz, no logra convencer a nadie de la supuesta amenaza que Zim representa para la humanidad.

Toda la serie es un cúmulo de animación que va desde conocer al horripilante Cerdo de la Pizza, hasta ver cómo Zim le arranca los ojos a un compañero del colegio que se había obsesionado con su amistad. Personajes como El Niño Cerdo, El Alce, Pie de Pollo y el Perro Guano, son sólo algunos de los que nos harán reír y aterrorizarnos en cada entrega del programa.

La serie, según dijo Nickelodeon en su momento, se canceló debido a la baja audiencia, sin embargo, la versión más conocida y plausible fue que se dejó de transmitir debido a numerosas quejas que sostenían que Invasor Zim no era un programa que debía de formar parte del canal infantil. Para los que sí la pudimos sintonizar en su momento y nos hicimos leales seguidores, cada capítulo quedó grabado en nuestras mentes, y hasta la fecha reconocemos con gusto y alegría los diferentes productos que, de vez en vez, todavía nos encontramos por internet o en alguna tienda de la Friki Plaza.

Si tú eres fanático o fanática de la animación irreverente, Invasor Zim es una comedia animada que no puedes dejar pasar.

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Metalocalypse: una serie BRUTAL

Adult Swim nos ha regalado varias joyas de la animación para adultos con el paso de los años; quizá la más famosa en la actualidad sea Rick and Morty, pero esto no significa de lejos que sea la única. Hoy les vengo a hablar de Metalocalypse, animación producida por Adult Swim y emitida por primera vez en el año 2006. La serie nos narra las aventuras y desventuras de Dethklok, banda ficticia de Death Metal conformada por Nathan Explosion, William Murderface, Pickles, Skwisgaar Skwigelf y Toki Wartooth. En el universo de la serie, Dethklok es la banda más famosa e importante del mundo, representando, de hecho, la duodécima economía a nivel mundial, por lo que cada disco de Dethklok significa la reactivación de toda la economía global, y de igual manera, cada tropiezo que la banda tiene a lo largo de la serie puede llegar a significar crisis económicas globales o incluso connatos de conflictos bélicos internacionales. Desde aquí podemos notar algo de la tónica absurda y exagerada de la animación, pero no se dejen engañar, Metalocalypse contiene un humor ácido y políticamente incorrecto que termina por ser una sátira de toda la industria discográfica, así como de los gobiernos mundiales y, claro está, de las masas enajenadas bajo el modo de producción capitalista. Así como lo digo, Metalocalypse es un documento de análisis y reflexión sobre los tiempos modernos.

La serie fue un rotundo éxito en su momento, y a pesar de que Dethklok es una banda ficticia, llegó a ser patrocinada por marcas como Gibson. Por otro lado, y como es de esperarse, la serie está llena de música compuesta por la misma banda, y así como en el mundo de la animación, los discos que se grabaron y salieron al mercado resultaron ser todo un fenómeno de ventas; tanto fue así que The Dethalbum vendió 33, 741 copias sólo en la primera semana de lanzamiento, ¡convirtiéndose en el disco de Death Metal más vendido de la historia!

La música de Dethklok es una mezcla de letras irrisorias y en momentos ridículas, como por ejemplo, Duncan Hills Coffee, que es un jingle para una marca de café que destaca las propiedades del delicioso producto promocionado; en la serie, Duncan Hills Coffee se vuelve la marca más vendida de café en todo el mundo gracias a su convenio con Dethklok, y si bien, muchas de las letras hablan sobre trivialidades, la música elaborada por Dethklok posee un virtuosismo comparado sólo con pocas bandas de la talla de Therion o Meshuggah. La música de Dethklok puede ser clasificada como un Death Metal Sinfónico de la más alta calidad, y es que, en la vida real, todos los miembros de Dethklok son músicos, compositores e instrumentistas de renombre, y cada uno de los personajes se encuentran inspirados en músicos como Geezer Butler de Black Sabbath, George “Corpsegrinder” de Canibal Corspe, Yngwie Malmsteen y Mikael Akerfeldt de Opeth. Al mismo tiempo, encontraremos otros personajes como el mítico Dr. Rockso, parodia de varios músicos pertenecientes al Glam Metal, como David Lee Roth de Van Halen o Nikki Sixx de Mötley Crüe.

Existió todo un desfile de músicos invitados para participar en la serie, como James Hetfield y Kirk Hammet de Metallica, Michael Amott de Arch Enemy, Steve Smyth de Testament, King Diamond y Mike Patton de Faith No More, entre muchos otros. ¡Metalocalypse es una parada obligatoria para los amantes del Metal!

Y bueno, si no eres fan del género musical, no importa, como dije antes, Metalocalypse brilla por su sentido del humor e ingenio, haciendo que cualquiera, headbanger o no, disfrute de esta increíble serie.

Desafortunadamente, la serie terminó de manera abrupta en el 2013, y si bien hoy en día existe una suerte de “cortometraje” para darle fin a la historia, la verdad es que los fans siempre nos quedaremos con ganas de una nueva temporada.

¿Y ustedes, qué esperan para ver Metalocalypse y gritar a todo volumen “¡BRUTAL!”

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Los Reyes de la Colina es una serie demasiado infravalorada

Ya he escrito sobre otros trabajos de Mike Judge aquí en el blog, y ahora quiero hablar de otra serie animada que, junto con Beavis and Butt-head, es una de las mejores entregas del actor y productor norteamericano; me refiero a Los Reyes de la Colina, serie emitida por Fox desde al año de 1997 hasta el 2010. El programa de televisión recibió durante toda su vida varios reconocimientos, tanto del público como de la crítica, incluyendo menciones por parte de la revista Time y habiendo ganado dos Emmys. Entonces, ¿por qué menciono desde el título de esta entrada que considero que es una serie demasiado infravalorada? Bueno, pues porque, a diferencia de Los Simpson, South Park, o animaciones para adultos más recientes como Rick and Morty o BoJack Horseman, se habla poco de esta serie; de hecho, estoy casi seguro que para muchos de ustedes, esta será la primera ocasión de la que escuchan hablar sobre este show.

La serie se centra en los Reyes, una familia suburbana de clase media que reside en el estado de Texas, conformada por Héctor, Peggy, Beto y Lola, quienes están acompañados por toda una pléyade de personajes secundarios. Al igual que como lo mencionaba en el caso de Daria, la serie está tan bien escrita que llegamos a conocer aspectos de la vida de cada uno de los personajes. Todos ellos poseen un arco narrativo que vemos desarrollarse a través de las 13 temporadas, entendiendo sus miedos, fallos, aciertos, esperanzas e ilusiones.

Desde la icónica introducción, los Reyes de la Colina divierte y emociona.

El humor, al tratarse de un show de Mike Judge, es ácido e irreverente en muchos momentos, hablando en varias ocasiones de problemas como el racismo, la sexualidad humana, la infidelidad en las relaciones amorosas y la guerra; como toda buena comedia, Los Reyes de la Colina aborda estos temas sacándonos varias carcajadas y haciéndonos reflexionar al mismo tiempo, y aun así, por más descabelladas que puedan resultar las circunstancias, este programa siempre termina por darnos una lección profunda sobre las relaciones humanas. A diferencia de otras series de comedia como The Big Bang Theory, en la que parece que los escritores siempre le tuvieron miedo a incluir momentos sentimentales, Los Reyes de la Colina no deja de conmovernos en más de una ocasión y de manera recurrente, sin perder el toque cómico; creo que eso es lo que hace que una comedia alcance la grandeza (y es que hasta Rick and Morty tiene momentos especialmente enternecedores), porque, al igual que en BoJack Horseman, Malcolm In The Middle, o las primeras temporadas de Los Simpson, estamos ante personajes que, en última instancia, se enfrentan a la cotidianeidad desde el lado más humano. Claro, existen programas como Seinfeld que recurren poco al recurso sentimental, pero es que sabemos que, desde el comienzo, no es el objetivo de la sitcom mostrar ese lado humano, sino, como definiría Aristóteles a la comedia en su Poética, se restringe a mostrar el lado más absurdo o poco admirable de la condición humana, pero, en muchos otros lugares de la televisión del siglo XX y XXI, estos aspectos irán acompañados de situaciones que nos dejan pensando en el primer amor, las relaciones entre padres e hijos y la amistad. Héctor, por ejemplo, lidia en muchísimas ocasiones con tener que superar varios de sus prejuicios, propios de un adulto conservador de mediana edad, para poder amar y comprender a su esposa, a su hijo, a sus compañeros de trabajo y a sus amigos.

Podría continuar rescatando varios aspectos de este maravilloso programa, pero como siempre, considero que es mejor que ustedes le echen un ojo, y, probablemente, después de “anclarle el colmillo” a Los Reyes de la Colina, quizá terminen estando de acuerdo conmigo en que es un programa de televisión que deberíamos tener más presente hoy en día.

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