El mejor disco de toda la historia: Bat Out Of Hell

Verano del 2005: mi hermano y yo estábamos de vacaciones y en uno de esos días de descanso veíamos VH1; como parte de la programación, salió una película biográfica sobre el que se aseguraba, era uno de los artistas de rock más grandes de todos los tiempos: Meat Loaf. Nos quedamos viendo todo el documental porque nos impactó, no sólo la música de ese regordete y carismático cantante, sino también toda su complicada historia: desde el abuso físico y emocional que sufrió por parte de su padre, hasta lo difícil que fue hacerse camino en la escena del rock debido a su sobrepeso. A continuación, comenzó un documental sobre la grabación del disco que ocasionó la escritura de esta entrada: Bat Out Of Hell, álbum en el que se mezclaron la genialidad de Jim Steinman (autor de algunas de las baladas más conocidas de la historia del rock, entre ellas Total Eclipse Of The Heart de Bonnie Tyler) y la poderosísima voz de Michael Lee Aday, mejor conocido como Meat Loaf, lo que se convertiría en lo que su humilde narrador ha llamado “el mejor disco de rock de toda la historia”.

Ya casi a finales de ese verano, mi hermano cumplía años el 2 de agosto, por lo que fui al Mix-Up (quizá muchos de ustedes ni siquiera sepan de qué les hablo) y compré el Bat Out Of Hell. Recuerdo habérselo entregado, y sin pensarlo, corrimos a la grabadora que estaba en un mueble al lado de la cama, y pusimos el recién comprado CD. A partir de ahí, no dejamos de escucharlo varias veces al día, impresionados por la calidad de la producción, la incomparable voz de Meat Loaf, las letras de Jim Steinman que caían ya en lo poético y en general, por todo el concepto del disco.

¿Cómo definir el Bat Out Of Hell? Es algo así como un Rock Ópera, que mezcla algo de balada muy al estilo de los 70’s, con algo de Glam Rock y Rock Clásico; no sé, el Bat Out Of Hell – cuyo título es una referencia a una comedia de Aristófanes – es una de esas obras inclasificables que sólo se pueden entender cuando se escuchan. Producido por Todd Rundgren y con la influencia musical de Richard Wagner, Bat Out Of Hell es, hoy por hoy, uno de los discos más vendidos de toda la historia del rock y uno de los más aclamados por el público y la crítica.

Desde la primera hasta la última canción, Bat Out Of Hell es una obra imprescindible para la discoteca de cualquier rockero o melómano. La canción que nos introduce a este infierno de pianos, tambores y guitarras, es una rapsodia de casi diez minutos que, desde sus primeras notas de piano y esa guitarra distorsionada que imita el sonido de una motocicleta proveniente de los círculos más profundos del infierno, nos da la bienvenida al festín sonoro que nos espera. You Took The Words Right Out Of My Mouth nos deja ver la afición de Steinman a los musicales, así como la formación actoral que Meat Loaf poseía, ya que, desde ese diálogo con el que comienza la melodía, nos introducimos en una historia de amor que tiene como telón de fondo una noche de verano. Seguimos con Heaven Can Wait, una balada conmovedora que nos lleva de la mano de la voz de Meat Loaf y el piano de Steinman. Continuamos con la divertida y alocada All Revved Up With No Place to Go, que nos mueve al ritmo de los saxofones que la acompañan. Después llegaremos a la canción que catapultó a esta obra maestra al conocimiento y adoración de las masas: Two Out Of Three Ain’t Bad, poderosísima balada en la que presenciamos el último diálogo de una pareja en plena ruptura: llena de emoción, llena de metáforas e imágenes dolorosas y conmovedoras, Two Out Of Three Aint’ Bad es, en mi humilde opinión, la mejor balada de rock que se ha escrito jamás. Paradise By The Dashboard Light es un ejemplo de cómo se debe escribir una obra maestra, no sólo en términos musicales y líricos, sino también conceptuales, ya que se trata de otra rapsodia en la que, acompañado de Ellen Foley (novia, en ese entonces, de Mick Jones, fundador de The Clash), se narra la noche en que dos adolescentes se preparan para perder su virginidad, y en la que tiene lugar un doble sentido en el que se combinan los torpes movimientos del puberto en cuestión y su enamorada y la narración de un juego de beisbol en la radio, todo para terminar con la forma en que ambos, ya en su vida adulta, recuerdan esa noche, diciendo uno de ellos: “juré que te amaría hasta el final de los tiempos, y como yo nunca he roto una promesa, ahora rezo por el fin de los tiempos, para terminar mi tiempo contigo”; si eso no es escribir, entonces no tengo idea de qué lo sea. El disco termina con For Crying Out Loud, y ya para este momento de la presente entrada no tengo más que añadir para compartirles lo que pienso de esta obra maestra de la historia del rock and roll.

Y así, podría dedicarle una entrada completa a cada una de las canciones que conforman el disco. Más adelante, mi hermano y yo seguimos escuchando a Meat Loaf, tanto en las subsecuentes entregas del Bat Out Of Hell, como en otras piezas grabadas por Meat Loaf sin Jim Steinman, y finalmente, lo pudimos ver en concierto el 24 de junio del 2012. No puedo dejar de mencionar en esta entrada las participaciones cinematográficas de Meat Loaf en la película de Tenacious D The Pick Of Destiny junto a Ronnie James Dio, Jack Black y Kyle Gass, o su participación como Eddie en The Rocky Horror Picture Show junto a Tim Curry y Susan Sarandon.

En el momento en que escribo estas letras, ya no se encuentran en este mundo ni Jim Steinman, ni Meat Loaf, ni mi hermano, pero hace ya mucho que aprendí a honrar a mis muertos, por eso es que cada 2 de agosto me siento y escucho completo el Bat Out Of Hell, como si estuviera con mi amado hermano, recordando la infinidad de veces que nos acabamos una botella entera de Capitán Morgan mientras escuchábamos al álbum entero emocionándonos con cada acorde, como si se tratara de la primera vez que lo poníamos. Por eso es que, para mí, Bat Out Of Hell es el mejor disco de la historia, no sólo por la calidad intrínseca al álbum en todos los aspectos, sino también porque era nuestro disco favorito, y gracias a él, puedo estar con mi hermano las veces que quiera con sólo ponerle “play” a esta maravilla de composición musical. El disco sólo tiene un problema, decíamos mi hermano y yo: “se acaba”, y por eso, una vez que sonaban los últimos sonidos del Bat Out Of Hell, lo volvíamos a poner.

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