– Sí sabes que tu trabajo es una mierda, ¿verdad?
– No tienes ningún derecho a juzgarme
– No te estoy juzgando, sólo te pregunto si sabes que tu trabajo es una mierda
– Sí, lo sé.
– ¿Y sabes que lo nuestro es una mierda también?
– Me vas a hacer llorar
– No, no quiero que llores, sólo necesito saber si entiendes que nuestra relación es una mierda
– Sí, lo sé
– Y sí sabes que yo soy una mierda, ¿verdad?
– ¡Ah sí, eso es lo que más claro tengo en mi vida!
– Muy bien
En ese momento nos terminamos nuestros tragos, prendimos otro cigarro, nos besamos tiernamente con la lengua y nos fuimos a dormir abrazados.
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